Antonio Mejías Jiménez, conocido como Antoni Bienvenida, tuvo sus orígenes
en la tauromaquia de un modo "natural" dado que pertenecía a una familia
con una gran tradición taurina. Hijo de Manuel Mejías Rapela, el Papa Negro y con
varios hermanos, todos ellos con la misma profesión, pero fue Antonio el que
alcanzó mayor renombre.
Tuvo una larga y prolífera vida profesional, creo recordar qué en dos
etapas, con algún que otro sonoro fracaso, también plagada de tardes
triunfales, sobre todo en Sevilla y Madrid, quizás las dos plazas más
importantes del mundo.
De paso diré que yo tuve la suerte de verlo en Las Ventas, no sé si dos o
tres tardes. Recuerdo muy especialmente la primera, en la que formaba cartel
(que no terna) con Curro Romero. Había quedado en un mano a mano, entre los
dos, por un percance que sufrió, unos días antes, Antonio Ordónez. Ahí es nada:
un cartel formado por Antonio Ordónez, Antonio Bienvenida y Curro Romero. Creo
recordar que se las conocía con el sobrenombre de "la corrida del
arte"
No me voy a extender mucho, las crónicas taurinas las dejo para mi amigo
Antolín Castro, de opinionytoros.com, pero si diré que la suerte se
alió conmigo. En aquel mano a mano se hicieron dos faenas memorables, sublimes.
Recuerdo cómo se movía por el ruedo, de un modo "natural", Curro
Romero; dibujando unos lances, primero con el capote (verónicas) y después con
la muleta (naturales, sobre todo), donde pareciera que embelesaba al toro
haciéndole pasar por la estela que él dibujaba, primero con el capote y después
con la muleta.
Antonio Bienvenida era el señorío y la elegancia moviéndose por cualquier
tercio, tanto con el toro delante como sin él. Ya estaba un poco metido en
carnes, pero no le hacía perder ni un ápice su saber estar elegante y sin
perder, para nada, la compostura del torero más señorial que yo haya visto.
¡Cuántos novillos y toros, quizás de más de 600 kilos, habría toreado este
hombre!, con unas cuantas cornadas graves, de las que se reponía, como todos
los toreros, en unas cuantas tardes sin torear (una cornada, ¡cómo sería!, creo
que le tuvo fuera de los ruedos alrededor de dos meses).
Después de su larga vida profesional, ya se había retirado de los ruedos, en
una capea, probando unas vaquillas, en un descuido del torero (son toreros toda
la vida, incluso aun cuando ya no torean), la vaquilla le atizó un estúpido
topetazo por la espalda y le partió la columna vertebral, enviándolo a la tumba
a los pocos días y con poco más de 50 años.
ÁNGEL NIETO
Los inicios de su profesión fueron muy distintos a los del torero. Ángel
pertenecía a una familia humilde, pero con unas ganas incontrolables de querer
ser, nada menos que, CAMPEÓN DEL MUNDO DE MOTOCICLISMO, cuando en España no
había ninguna tradición "motera".
Su afición, cuando todavía era un crio, le hizo ir a trabajar a un taller de
motos; supongo que sería algo así como "chico de los recados". No
viendo futuro para su progreso (él quería lo que quería), le hizo pensar en
marcharse a Barcelona, donde estaba la fábrica de motos Derbi y allí se plantó
siendo todavía un adolescente. Parece que todas las mañanas iba a la puerta de
la fábrica y este "detalle" hizo que el portero le preguntara que es
lo que quería y él contestó que SER CAMPEÓN DEL MUNDO DE MOTOCICLISMO. Como
seguía insistiendo en presentarse todos los días, alguien que ya había reparado
en él, le dio trabajo para barrer la fábrica. En la planta de la fábrica había
una zona acotada, donde se desarrollaban las motos para las carreras, pero con
la prohibición de pasar a esta zona a las personas que no tenían nada que ver
con la competición. Ni que decir tiene que la zona más próxima a esta parcela
restringida era la más limpia de toda la fábrica: Ángel merodeaba
permanentemente por allí.
Por fin consiguió que le permitieran entrar en esta parcela y pronto tomó
amistad con algún responsable de la sección. En algún momento que estaban
preparando dos motos, para una eminente carrera, para los dos pilotos oficiales
de Derbi, Nieto le pidió a su jefe que le permitiera correr en esa carrera con
una moto que el vio llena de telas de araña (esta moto había pertenecido a las
de carrera, pero ya estaba descartada por desfasada), la cual limpiaron y, a
pesar de no montar los últimos avances técnicos, le permitieron correr con ella
a Ángel Nieto. El resultado fue que quedó quinto en la clasificación y este
"detalle" hizo que el propietario de Derbi se interesara por este
"chaval que quería ser campeón del mundo de motociclismo".
Lo demás ya lo sabemos: infinidad de campeonatos de varias categorías
ganados y los DOCE MÁS UNO CAMPEONATOS DEL MUNDO.
Bueno, pues a pesar de todo esto, parece que era mejor persona que piloto.
Estoy escuchando estos días comentarios de otros pilotos y todos coinciden en
lo mismo: en sus tiempos difíciles Ángel Nieto les había ayudado, incluso
económicamente.
Pues ya vemos la desgraciada coincidencia: después de tantas horas desafiado
la ley de la gravedad en tantas y tantas curvas, a derecha e izquierda y a
velocidades endemoniadas, después de tantas horas al límite de lo inverosímil,
después de tantos percances jugándose la integridad física, llega, montado en
un quad, haciendo lo que más le gustaba a él, montar en moto y, en un cruce,
después de parar o frenar, llega otro vehículo y le "atiza un absurdo
topetazo por la espalda", sale despedido hacia delante, da con sus huesos
en la calzada y, después de unos largos días de agonía, donde en algún momento
parece que se reponía, nos lo quitan traicioneramente, mandándolo, eso espero,
al Cielo.
HASTA SIEMPRE ÁNGEL
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