jueves, 19 de julio de 2012

Antolín: un conejo en el campo

conejo
                                                 Os presento a "Antolín" 
Es la temporada de salir por las tardes, un ratito antes de ponerse el Sol, pero cuando ya está lo suficientemente bajo como para hacerse soportar, a dar un paseo hasta el pinar, en compañía de gentes del lugar que, si bien cada día se toca de refilón la “prima de riesgo”, las conversaciones, en general, van por otros derroteros mucho menos agobiantes. De todos modos estamos teniendo un mes de Julio muy llevadero, con temperaturas muy agradables por estas tierras castellanas, que algunos días también son tema de conversación.
El primer día ya nos comentó Fuencisla que paseando con Sole habían encontrado un conejillo que les salía en el camino y se quedaba parado, incluso que les permitía acercarse mucho. Cuando llegamos, más o menos, al lugar señalado, marcado como “reserva de caza”, el camino transcurre por una zona yerma, con hierba de mediana altura y agostada, con algún joven pino de tramo en tramo. El camino en este punto consiste en dos rodaduras de transito de los tractores, por las que se pasea cómodamente y con hierba frondosa, también entre las rodaduras.
-¡Ay! Es el grito de Fuencisla.
-Mirarle, ahí está.
Efectivamente, después de un movimiento brusco entre las hierbas, el conejillo hace su aparición en una de las rodaduras del camino y se queda parado. No estaríamos a más de tres/cuatro metros de distancia. Tratamos de acercarnos y el gazapo, yo calculo que de de un mes, mes y medio, da unos saltitos y se aleja algo, pero para sorpresa mía se inca de culo y mirándonos levanta las patas delanteras, nos hace unos “pucheros” con el hocico y se pone a comer de la parte alta de unas hiervas que es lo que estaba más verde. Se mueve otro poquito y nuevamente se pone a comer.
Sole dice que tiene unos ojos preciosos y que habría que bautizarlo. De sopetón y sin dar tiempo a nadie a pensar nada, Fuencisla suelta:
- “Antolín”
Pues ya está bautizado.
Todavía se mantiene un rato largo en nuestra compañía. Me da tiempo a hacerle unas fotos (eso es lo que tiene llevar el móvil en el bolsillo).
Después de que el conejo por fin se marchara, les comento que con esa actitud del animalillo es un firme candidato a no llegar a adulto, que no todo el mundo va a tener con él el comportamiento que estamos teniendo nosotros.
Total que cada tarde nuestro paseo consiste en hacerle una visita a “Antolín”. Ayer yo iba andando en primer lugar y pude observar que salía de las hierbas y se alejaba hacia la madriguera; no se si porque Fuencisla mantenía la conversación en un tono más elevado que otros días, o porque “Antolín”, llamémosle por su nombre, ya ha aprendido algo más y no se fía ni de sus amigos. Hace muy bien si quiere llegar a ser “Don Antolín”

Me parece que este puede ser un año bueno de crianza para los conejos. En esta zona de reserva veo muchos gazapos de dos tamaños bien diferenciados: el de “Antolín” y otro que son muy poco más que un ratón; deben ser los primeros días de salida de la conejera.
Esperemos que este año los respete la Mixomatosis en el verano y tendremos una amplia población, comparada con la escasez de los últimos años.

 P. D. Como las neuronas ya hacen mella, se me ha olvidado incorporar al equipaje el cable para poderme descargar las fotos del móvil. Dentro de unos días os la pondré.

domingo, 24 de junio de 2012

El juego de las palabras

No se si ha sentado mal el que calificara “el juego de las palabras” de cómo niños, el caso es que no ha habido ni un solo comentario. Si alguno se ha sentido molesto, porque crea que no es un niño, pues lo siento pero “ajo y agua”

 Propongo otro lote de palabras y digo de las anteriores lo que me parece.

Nuevas: Cencellada o cenceñada, guarín, ciclán, galga, lezna, parva, almorzada,   regocijo, pendejo, mojigato.

LAS ANTERIORES:

Balde: Recipiente, más pequeño que un cubo, para contener agua (Yo la escribí con “v”, “valde”, no se por qué. Supongo que porque tocaba en aquel momento)

De balde: Cuando una cosa se da o se hace gratis. Sin cobrar nada por ello.

En balde: Cuando vas a un sitio a hacer alguna cosa y vuelves sin haberla hecho. Ir en balde.

Tarja: Pieza pequeña de madera con aristas donde se iban apuntando “los debes”, para llegado el  momento hacer balance y pagar: Saldar la cuenta.

 Bulla: Ruido, jarana, barullo.

Zagal: En Castejón se decía del joven que ayudaba al pastor. (Supongo que es una forma muy restringida.

Somanta: Tunda, paliza, zurra (somanta de palos). Pregunta: ¿Cuántas hostias contiene una somanta?

Criadillas: En la carnicería los testículos de los corderos. Turmas

Besana: Tajo de la labor con el arado o vertedera.

 Calzarizo: Nacedero natural de agua en el suelo (En la red, la palabra calzarizo, nos lleva a Renales
(Guadalajara).

Espachurrar: romper, aplastar (también despachurrar).

Esmirriado (en Castejón esmirriao): De escaso desarrollo físico, raquítico (también desmirriado).

Banasta: Cesto de mimbre o maderas finas entretejidas, para el transporte de frutas, verduras, hortalizas, etc.

Amolar: Fastidiar, estropear algo. ¡No te amuela! También sacar punta o corte a un arma o instrumento en la piedra de amolar.

viernes, 18 de mayo de 2012

Tiempo de tormentas atmosféricas. (Y de las otras también)

Lo que sigue son unas breves nociones de  aproximación al nacimiento de un fenómeno meteorológico: las tormentas. Escrito por mi amigo Fernando, al que le quedo muy agradecido.

                                                             Fenómenos meteorológicos
Las tormentas están generadas principalmente por nubes cumuliformes de aspecto de coliflor. Dichas nubes por diversos movimientos del aire se van reagrupando entre ellas hasta que adquieren, según casos, un determinado volumen. Este volumen varía mucho dependiendo del lugar en que se vaya a formar la tormenta.
Cuando una “parcela de aire”, en contacto con el suelo, se calienta, experimenta, según el principio de Arquímedes, un empuje vertical hacia arriba, tanto mayor cuanto mayor es la diferencia de temperatura entre la parcela calentada y el aire que la rodea. Esta fuerza de empuje ascendente se llama flotabilidad y de ella depende la mayor o menor rapidez de formación del cumulonimbo, que se transformará en tormenta. Por lo general, se ha experimentado que el gradiente adiabático de enfriamiento con la altura es de 10º C/Km, aunque éste depende de diversos factores que pueden alterarlo.
Cuando el movimiento de la citada “parcela” es tal que al ascender siempre está más caliente que el aire ambiente que la rodea y se mantiene así durante todo el tiempo que dura su ascenso, decimos que se mueve en una atmósfera inestable.